En medio de la ciudad se abren abundantes espacios verdes a modo de un soplo de aire fresco. Los parques y jardines de Bruselas son como en otras capitales oasis que mejoran la calidad de vida de sus habitantes.
Flores, plantas únicas, áreas de descanso, zonas de pícnic y de juegos infantiles, se mezclan en estas superficies que, no solo le dan otro aire a la estética de la ciudad, sino que generan un importante impacto medioambiental en ella.
Por qué visitar los parques y jardines de Bruselas es un regalo
Está claro: sentarte en uno de sus bancos, procura descanso para tu cuerpo y alimento para tu alma. Un placer para los sentidos.
- Déjate llevar por el embrujo del viento soplando entre las hojas de las Hayas o por el cantar de los pajarillos que aprovechan las zonas más verdes de la ciudad para ir a picotear las migajas despistadas de algún visitante.
- Practica deporte y actividades en contacto con la naturaleza. Hacerlo en Bélgica es un buen plan
- Experimenta la sensación de libertad que te aporta el aire libre y disfruta de un ambiente agradable. Eso siempre te hace crecer.
El bienestar que te dará sumergirte en las zonas más calmadas de la ciudad será como un regalo en tu visita.
Parque del Cincuentenario
Construido en 1880 con motivo del cincuenta Aniversario de la Independencia de Bruselas, no solo alberga caminos, plantas y estanques, sino que, entre todos sus jardines, podemos encontrar un gran número de monumentos y museos.
El Museo Real de Arte e Historia, el de las Fuerzas Armadas y el Autoworld se levantan dentro de sus 30 hectáreas con forma de pentágono.
Su conocido Arco del Triunfo preside una parte del parque. En lo alto de su estructura, coronando sus 3 arcos, aparece una cuadriga.
Seguro que si vas con pequeños pueden disfrutar de lo lindo. Tienes otras muchas opciones para hacerlo en este artículo de nuestro blog: “Qué hacer en Bruselas con niños sin morir en el intento”
Parque Real de Bruselas
El número uno de la ciudad. El primero. El preferido por los residentes en Bruselas para darse un respiro y quitarse ruido de la cabeza en una zona verde. Lo puedes ver a tope cualquier tarde o durante los fines de semana cuando los belgas disfrutan y descansan en él.
Su renovación como parque con jardines, senderos, fuentes y esculturas viene de 1770, antes había servido de terreno de caza para los Duques de Brabante.
Clásico al más estilo de los parques franceses, tiene 2 grandes estanques y los árboles se asoman a los senderos agrupados como si de pequeños bosques se trataran.
En él se organizan eventos culturales y deportivos.
Invernaderos Reales de Laeken
Dicen que el Rey Leopoldo II era muy muy fan de la botánica.
Por eso, su empeño por tener una gran colección de plantas y flores de todo el mundo y los consejos de expertos en la materia, lo llevaron a construir estos invernaderos.
Dentro de los jardines del Palacio Real de Laeken se levanta esta preciosidad Art Nouveau construida en acero y cristal Son varios edificios interconectados entre sí por una serie de galerías repletas de especies de plantas y flores con origen en cualquier país del mundo.
Destaca el Jardín de Invierno, uno de los edificios con nombre propio que, con su cúpula de 25 metros, alberga con comodidad hasta las plantas más altas. Véase, como ejemplo, las palmeras de su interior.
Bois de La Cambre
Y es pensar en parques y jardines de Bruselas y dibujar en la mente este gran pulmón de la ciudad, frecuentado por los belgas que vienen a participar en conciertos al aire libre, actividades lúdicas y deportivas o simplemente a realizar un pícnic con sus amiguetes.
Un parque que evoca a los senderos ingleses porque su arquitecto Edouard Keiling se inspiró en este tipo de paisaje, dónde se deja que cada cosa se ponga en un sitio de forma natural, sin simetría alguna, para que la percepción del visitante sea única.
Además de descansar, desconectar y disfrutar por sus rincones, los amantes del remo, la equitación, la pesca o el patinaje encuentran su espacio dedicado a estas actividades, como ocurre en otros parques y jardines de Bruselas.
Alquila una bici y recorre todos sus rincones.
Parque Leopoldo
Si seguimos huyendo del asfalto de la ciudad podemos ofrecerte otro espacio de calma para disfrutar de los parques y jardines de Bélgica.
El área que ocupa hoy en día estuvo destinada en otro tiempo al Real Jardín Zoológico de la ciudad.
Todavía puedes ver gansos y tortugas, entre la fauna que habita en el parque con sus visitantes.
Situado en el centro del barrio europeo de Bruselas, es el anfitrión ideal para insignes edificios como la Torre Eggevoort, la Universidad libre o la Casa de Historia Europea.
Tiene un estanque que hace las delicias de los residentes de la ciudad y de los que vienen de fuera.
Sácale partido a los días de sol para preparar un buen picnic o simplemente pasea buscando tu espacio de inspiración entre sus extraordinarias especies de árboles.
Jardines de la Abadía de La Cambre
Se trata de los jardines de la antigua abadía cisterciense que, restaurados y maravillosamente conservados, se han convertido en una zona de esparcimiento popular.
Fueron diseñados al más puro estilo francés y posteriormente actualizados por el paisajista Jules Buyssens (1932). Calma y desconexión en una zona abierta al público que no debes perderte por nada.
Jardín Botánico Nacional
La lista de parques y jardines de Bruselas parece inagotable y es que cerca del ir y venir de los belgas en su bulliciosa vida ejecutiva, en las afueras de la ciudad, existen espacios tan verdes y tranquilos como estos (Meisse).
El Jardín Botánico es un escaparate para más de 18.000 especies de plantas y un espacio dedicado a la investigación botánica. Con herbario y biblioteca incluidos. Una labor estupenda de divulgación activa para proteger la biodiversidad.
Abierto durante todo el año (excepto el Día de Navidad y Año Nuevo), puedes aprovechar para darte largas caminatas por sus senderos escuchando el silencio (sí sí el silencio también se escucha) o el cantar de los pajarillos para poner en orden tus ideas.
Bosque de Soignes
Hasta un 80% es una zona del bosque conformada por un hayedo, que desde 2017 forma parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Árboles enormes que buscan el cielo abriéndose camino para encontrar la luz y que dan cobijo a senderos y paseos bajo sus hojas.
Existen animalillos que han encontrado su hábitat natural en semejante privilegio de la naturaleza. Zorros, corzos, roedores, ardillas, peces, cisnes y murciélagos. La vida se abre camino entre la vegetación.
Planifica tu visita en cualquier época del año, pero en el mes de noviembre te va a embrujar recorrerlo. Prueba a ver el ambiente que le confiere a sus estanques y majestuosos árboles la magia y los colores del otoño. Todos los parques y jardines de Bruselas son diferentes en esta estación.
Parque de Egmont
Conocido también como el Parque de Peter Pan, por una de sus esculturas más queridas entre los visitantes.
Es una pequeña, apacible y romántica zona verde situada cerca del Palacio Egmont, para todos los públicos que puedes frecuentar para estirar las piernas en un delicioso lugar o ver jugar a tus hijos respirando aire puro.
Un refugio para la ajetreada vida diaria donde encontrar la armonía en medio de un ambiente natural.
Parque Tenbosch Bruselas
Situado en Ixelles, tiene el encanto de lo chiquito.
El parque Tenbosch es un lugar encantador y desconocido para muchas personas por su reducida extensión, pero no para los locales que saben que detrás de sus muros se encuentra un lugar de sosiego.
Un sitio perfecto para encontrarse con uno mismo, a la vez que descubre nuevos árboles y plantas.
En ocasiones, estos parques y jardines de Bruselas se convierten en escenarios de eventos culturales o deportivos y son frecuentados tanto por residentes en busca de un espacio de calma en la jungla de su vida diaria, como por visitantes que se dejan atrapar por el encanto bucólico de sus árboles, plantas o monumentos.
Y son una alternativa más para disfrutar de una ciudad con una pincelada clásica y vida moderna que te sorprenderá en cuanto profundices en su historia y lugares.
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Imágenes | Wikipedia, Bruselas Guías